LA HIPERCIFOSIS Y LA HIPERLORDOSIS. EJERCICIOS.

La cifosis y lordosis.

El ser humano es un animal curioso y peculiar. Parece ser que hace 4.000.000 de años, un antecesor nuestro se sostuvo sobre sus “patas traseras” por primera vez. Utilizó las manos para trabajar herramientas y aprovechó su nuevo punto de vista para poder otear el horizonte.

Esta nueva posición vertical, nos benefició para la supervivencia. No obstante nos acarreó algunos problemas. Para entender la cifosis, es conveniente prestar atención al efecto de la gravedad sobre un cuerpo predominantemente vertical y el efecto de la mirada hacia el horizonte.

Ningún animal sostiene el peso de su cuerpo, de sus vísceras, o su esqueleto, a través de una columna vertebral en posición vertical. Esto quiere decir que nuestra columna, aun estando preparada para ello, sufre cada vez que estamos de pié una gran tensión o peso que debe resistir a lo largo de los años. No obstante, el problema no es tanto el peso, sino la mala alineación estructural del raquis, que es principalmente la compensación mecánica de la pisada. Ponernos de pié exigió una necesidad de un equilibrio mayor además de un alineamiento de las fuerzas que actúan para sostener un cuerpo erguido en la posición vertical.


Desde la medicina ortopeda, desde la quiropráctica o la osteopatía, se entiende que existe una relación  entre las primeras vértebras y las últimas vértebras; entre las vértebras cervicales y las vértebras lumbares y sacro.


PORQUÉ SE PRODUCE LA PRIMERA CURVA “A”:
Como antes dicho, la cifosis suele ser una compensación de una lordosis, no obstante, no siempre es así. En ciertas ocasiones, las cifosis corresponde a una continuidad de la curvatura lumbar, la zona lumbar se aplana rectificando la curvatura natural de la zona. Esta se produce por una posterioridad de la pelvis, arrastrando el sacro y coxis hacia dentro. Como hemos dicho, existe una relación entre las vértebras superiores y las inferiores y, en referencia a las vértebras cervicales, las correspondientes son las sacras y el coxis.
Por tanto, existen dos causas principales (mecánicamente hablando) sobre la cifosis:
  • 1-      Compensación de la lordosis lumbar. Por apertura de pelvis. (con lordosis)
  • 2-      Compensación de la lordosis cervical. Por cierre de la pelvis. ( lumbar plana)

El resultado en los dos casos es una cifosis pronunciada y una lordosis cervical también muy pronunciada. 

CON HIPERLORDOSIS LUMBAR 

Aparte de los motivos emocionales, los problemas viscerales o las secuelas causadas por operaciones quirúrgicas;  la mayoría de las primeras lordosis, (excesiva curvatura de la curvatura lumbar) se produce a causa de la apertura de la pelvis. Una apertura de la pelvis cuyo origen responde a la apertura de los pies.


En estos casos, es frecuente observar pies planos, valgos y talos. Con la consecuente relación sintomática de esta tipología de pie coN: tendinis en ligamentos interno de la rodilla, desgaste de menisco interno, problemas de acortamiento de piramidal… entre otros. Es frecuente observar anteriolistesis en vértebra L5 cuando se ha producido este tipo de lordosis lumbares.


¿ Cómo tratar las cifosis causadas por una lordosis pronunciada ?
Empezando por el orígen. Dado que esta cifosis se ha producido debido a una lordosis lumbar, y esta a su vez por la anterioridad y apertura de la pelvis, que es la consecuencia de una pisada en apertura o con pies planos; será por la pisada y los pies por donde empezaremos.

En primer lugar, la primera intención en todo tratamiento dirigido a la corrección de la cifosis y lordosis, será la corrección de la pisada.

En el caso que se tenga unos pies divergentes, la primera corrección será colocarlos de forma paralela. Esto que es algo sencillo, es difícil de llevar a cabo y requiere su tiempo y la atención continuada. Es una costumbre que hemos adquirido y cambiarla requiere de un esfuerzo constante. A partir de aquí iremos recolocando la postura lo más vertical posible.
En el caso de tener unos pies planos, valgos y talos.

En cualquiera de los 3 casos, habrá que centrar el esfuerzo en desarrollar la musculatura flexora del pie. Principalmente: Abductor del pulgar, tibiales anteriores y posteriores y flexores corto de los dedos.


Algunos ejercicios recomendados para pies (estos ejercicios pueden servir, no solo para la corrección de pies planos o en pronación, sino además para aquellos casos de Hallux Valgus, conocido comunmente como Juanetes):





P1
Pisar la toalla y con los dedos de los pies ir arrugándola de manera que se acerque al talón.
Una vez recogida, podemos extenderla también con los dedos.

P2
Manteniendo un fulcro (una lata redonda puede servir), ayudamos a conseguir la curvatura natural, así como el estiramiento. Este ejercicio se debe realizar después de los de fuerza, manteniendo unos 5 minutos.

P3
Con la ayuda de una cinta elástica fortalezaremos la munculatura aductora de la pierna.
Si cruzamos el pie contrario podemos utilizarlo de tope y trabajar sin ayuda de ningún otro objeto, facilitando así el ejercicio.


P4
Colocarse de puntillas teniendo siempre presente la verticalidad del pie.
P5
Movimiento del pie sobre una pelota, presionando con nuestro peso para que alivie y estire las fibras musculares del pie. Debemos incidir en aquellos puntos dolorosos.

Después de fortalecer la musculatura supinadora del pie, convendría prestar atención a la musculatura de la cadera y su relación con la curva lumbar.


Como se observa en la imagen superior, en el dibujo del medio (que es el que estamos tratando en este punto), la cadera está rotada hacia delante: anteverión pélvica. Si es llevada hacia delante es porque puede:



1º- Por la apertura de piernas, pies divergentes o pies pronados que permitan esta rotación (que ya hemos visto).

2º- Por la debilidad de la musculatura abdominal. (existirán otros músculos antagonistas que convendrá estirar y que serán definidos más adelante).






¿Qué músculos habrá que fortalecer?
De izquierda a derecha: recto abdominal, oblicuo mayor y menor, transverso y Psoas.